La Revolución Húngara de 1956

 
Al lado de las banderas tricolores
tres juramentos pongamos:
uno de llorar con lágrima pura,
y otro de odio a los tiranos,

y para ti, pequeño país, sea el tercero:
que entre los vivos no lo olvide nadie;
la libertad nació un día señero
cuando en Budapest de sangre se tiñó la calle.

Lajos Tamási

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